Cuando canta la Alondra, vivimos el ayer.
19 de Enero 2011.
Anoche tuvimos la oportunidad de revivir esos momentos de la vida y añoranza, en el concierto "Noche de boleros", realizado en el Jazz Café de San Pedro de Montes de Oca, en homenaje a esa gran y recordada soprano Raquel Ramírez Barquero; entre el ayer que se fue, el hoy que vivimos y el mañana que apenas aparece en el horizonte.
La presencia de su madre, la compositora de música Amelia Barquero, su hija Kareimi Ramírez Barquero, que en griego quiere decir, soy un regalo y de Laura Ramírez Barquero, representan esos momentos del ritmo de la vida, expresados en el arte entre las diferentes generaciones y donde lo genético de la misma está, a no dudarlo, presente.
De los esperado a lo vivido: Quizá la expectativa en un principio fue el vivir pinceladas de la vida llenas de nostalgia y lo romántico del ayer vivido al ritmo de boleros, acompañado, como es lo lógico, de las lágrimas como expresión de una madre de un sentimiento lleno de nostalgia, por el ser querido, que no ha muerto, sino que se ha marchado primero.
Sin embargo en la realidad, compartimos la fuerza que encierra la expresión del arte y de la vida, y además, de esa energía vital procedente de una madre, valiente que agotó hasta el último suspiro de su vida por rescatar a Raquel del más allá, con la esperanza de seguir compartiendo con nosotros este mundo entre sueños y realidades de todo artista. Pero además, hay que destacar que Amelia es una persona, luchadora y solidaria ante la mirada triste del niño o la niña abandonada y en general de los pobres de este mundo que, viven los impactos de las injusticias sociales y con la capacidad, además, de mirar también, su potencial artístico que todos llevamos dentro de nuestro ser.
Esa energía vital, procedente de esa madera de mujer, como lo es Amelia, fue lo que nos hizo vibrar por tres horas con su voz artística, a quién con tanto cariño le decimos, Laurita. Su fuerte voz en el escenario estuvo llena de sentimientos encontrados, entre la alegría del ritmo afrocubano, y la nostalgia de Aquel Bello Puerto, Luna Liberiana y otras bellas melodías costarricenses, que nos hacia recordar a Raquel dedicada a los niños del Coro Heredia Canta.
Reviví en esta noche de ensueños, la gira que planificamos para viajar por la pampa guanacasteca y la lista, que me hizo llegar de personas conocidas, para tocar las puertas necesarias en procura de conseguir el transporte para la delegación. Y es que en ella no podía quedar ningún detalle fuera de lo planeado. Su salud, nos frustró la gira, está pendiente para llevarla a cabo, ya no en este mundo, sino en esa otra dimensión de lo innato y lo desconocido.
También recordé cuando Laurita, apenas con sus 12 años, se agigantaba en el escenario interpretando, las Odas a México de Rubén Darío, en aquella nuestra memorable creación humana, de la Cantata Rubén Darío Sin Fronteras. Así como lo vivido en su momento histórico en el programa de intercambio de “Heredia canta y México baila”, con la Universidad de Baja California.
El otro elemento digno de ser destacado, fue metafóricamente vivido, el perfume de la solidaridad del alma del ser artista. El trabajo profesional de muchas horas de ensayo y trabajo escénico, fue una garantía dado la calidad, no solo humana, sino por todo lo expresado al son del piano, la guitarra, el cajón, las tamboras, el saxofón, las maracas, que permitió la construcción de un mundo lleno de arte, ritmo, melodías y canto para todos los gustos. Se observó el fruto de lo que significa la labor pedagógica y de lo que es sembrar en un buen terreno del ser de toda gran educadora en la construcción del alma de niños y niñas, ayer, hoy, profesionales de la música.
Finalmente, cuando canta la Alondra, me refiero a Laurita, vivimos el ayer, el hoy y nos proyectamos al futuro, porque la vida es considerada, entre otras dimensiones, como un sistema de trasmisión de información, alegrías, sueños, esperanzas y luchas que permiten la construcción de esas realidades artísticas, en mi caso particular que vivo en el filo de la vida, concluir que valía la pena vivirla.
Que Raquel Ramírez Barquero sigue viviendo entre nosotros, mientras el perfume de la solidaridad humana siga prevaleciendo en esa conglomerado de artistas y admirable público apoyando tan noble causa, como lo es en esencia este acto de amor.
En horabuena que se formo este blog para dar a conocer temas de importancia para toda la población costarricense. En el se enfoca la vida y añoranzas de las personas de lista de espera y trasplantadas por una mejor calidad de vida.
ResponderEliminarApoyemos la donación voluntaria de órganos y tejidos y demos el mensaje en nuestras familias y grupo de amigos, con ello estamos salvando vidas!!!!
Muchisimas gracias por tan maravillosas palabras, nos inspiran a seguir haciendo musica.
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