UNA SOCIEDAD DE MACHOS, CON MACHOS Y PARA MACHOS: Entre el Biopoder y la Bioética.
De: William Vargas Loría
“…Ten en cuanta que somos mujeres: no podemos luchar contra los hombres
Nuestras fuerzas nos obligan a obedecer, para no sufrir. Sólo me queda pedir a los muertos
A quienes sólo la tierra oprime, que me perdonen ya que por la fuerza me someten, sigo al que manda. Porque realizar actos inútiles es signo de escaso saber...” Bertoltd Brech.
En este peregrinar por los senderos de la vida y en defensa del derecho a vivir, y de continuar con el apoyo de nuestros medicamentos que permitan el sostenimiento vital en cada uno de los pacientes y el de poder compartir el amor de madres con nuestros seres queridos; nos encontramos el cómo las compañeras Jacqueline y Seidy, manifestaban ante el señor Vice-Ministro de Salud, la angustia humana que vive la madre trasplantada ante los desafíos de un cambio abrupto del medicamento Sandimun Neoral. Angustia, que como madres, no encuentra una explicación convincente, en donde lo humano prevalezca ante los tecnicismos y los legalismos de la burocracia estatal, de quienes conducen las políticas estatales de salud en Costa Rica. Ellas luchan porque sus voces de dolor y esperanzas sean escuchadas
Ser madres, y todo lo que ello significa en una, sociedad como la costarricense, donde la gran responsabilidad del hogar, gira sobre el ser mujer, lo cual se convierte en uno de los tantos dilemas en la futura crianza de sus hijos, ante el poder omnipresente de un grupo de hombres “machos” que dirigen los destinos de las Caja Costarricense del Seguro Social y que, junto a otros machos, como los que deciden en la Contraloría General de la República, en que pareciera, se excluye la capacidad de conocimiento en uno de los aspectos tan importante, como es el de la salud en todas sus dimensiones humanas de la mujer trasplantada y a la vez responsable en la mayoría de los casos, del sustento económico de su familia.
Para nosotras, imploraba Jacqueline como pidiéndole fuerzas al Creador, este es un medicamento de soporte vital y recurriendo creativamente a un sentimiento de madre manifestaba: “ para mí es como cuando a un niño le separaban de sus madres para desplazarla por otra que no lo es aunque tenga las mismas cualidades, no es lo mismo, jamás”. ¿Y en el caso concreto que no lo es? Porque un medicamento genérico, con falta de evidencias científicas, nunca podrá superar nuestra adherencia y dependencia a los efectos positivos que hemos logrados en la vida. Seidy, establecía las diferencias del medicamento innovador con el genérico y acudía a una buena receta de su madre para elaborar los alimentos, que aunque se cumpliera al pie de la letra el recetario, nunca sabia igual los alimentos preparados por su madre que por ella misma. Es decir faltaba el sello personal. ¿Cómo y porqué los responsables de definir los destinos de nuestra salud integral?, Nos quieren distanciar y negar nuestro derecho a continuar consumiendo, un medicamento que ha demostrado hasta la saciedad su efectividad terapéutica. ?. El seguir disfrutando de una buena calidad de vida, con nuestros hijos y nuestros seres queridos, es uno de nuestros grandes anhelos. Esperamos que la justicia divina no se equivoque y haga prevalecer la verdad ante la injusticia de los hombres machos.
El bio-poder según Foucault, parece manifestarse en su más cruenta realidad ante el clamor casi desperado de lo que parece ser, un mundo insensible de los que ostentan el poder en nombre de un Estado de derecho que en pro de las transacciones comerciales, los sentimientos de madre y con ello los lazos familiares no es considerado como trascendente. Los argumentos expresados para que no se nos cambie un medicamento tan vital para el sostenimientos de nuestras vidas, como el Sandimun Neoral, se van al vacío ante los contra argumentos fármaco terapéuticos y legalistas como uno de los tantos factores, que conforman y mantienen la red del poder institucional que define las reglas de lo que es verdad y de lo que es falso, ante la ciencia médica en el siglo XXI.
El escritor uruguayo, Eduardo Galeano, caracteriza ese abordaje de perfil machista en la conformación del poder en nuestra América, a través de su historia, pensado ,concebido y estructurado desde la perspectiva del dominio de los españoles, como de machos, con machos y para machos, con una evidente exclusión del alma femenina. Así tenemos que los mitos y las leyendas americanas están ausentes de la mujer heroína, mientras los héroes que más se destacan son los hombres machos. Hoy en pleno siglo XXI, los gobernantes y los responsables de las más importantes instituciones y su tejido del poder, están en manos los hombres.
Lo anterior se confirma con la lectura acerca del poder que hace Sandra Flansfurg, musicóloga Estaudinense, respecto al poder y el conocer para la mujer en nuestras sociedades. En la práctica, señala “: la ciencia tradicional es todavía definida, en buena medida, por un pequeño grupo de hombres blancos, privilegiados de los países industrializados, por lo que la perspectiva masculina se mantiene casi intacta”. En general agrega esta musicóloga estaudinense, con un gran tino: “la profesión médica está todavía muy dominada por médicos masculinos blancos de clase socioeconómica alta, quienes son entrenados de un modo que acentúa las diferencias de poder”. PAXIS 53.1999. La incomprensión a una serie de valores humanos, expresados en diferentes instancias y escenarios en el tinglado con que se conforma el edificio de la Caja Costarricense del Seguro Social, se explica a partir de una praxis del poder que, no obstante, los espacios conquistados por las mujeres en este país, todavía falta mucho camino para alcanzar las metas de igualdad y de justicia social en el contexto de los derechos humanos universales.
15-07-2002.
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Espero que sea de su agrado este ensayo como parte del vivir todos los días en esta lucha que parece sin fin.
Wiliam Vargas Loría.
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