lunes, 17 de enero de 2011

UNA SOCIEDAD DE MACHOS, CON MACHOS Y PARA MACHOS: Entre el Biopoder y la Bioética.

UNA SOCIEDAD DE MACHOS, CON  MACHOS Y PARA MACHOS: Entre el  Biopoder y la Bioética.

De: William Vargas  Loría

“…Ten en cuanta que somos mujeres: no podemos luchar contra los  hombres
Nuestras fuerzas nos obligan a obedecer, para no sufrir. Sólo me  queda pedir a los muertos
A quienes sólo la tierra oprime, que me perdonen ya que por la fuerza me someten, sigo al que manda. Porque realizar actos inútiles es signo  de escaso saber...” Bertoltd  Brech.

 En  este  peregrinar por los senderos  de la vida  y en defensa del derecho a  vivir, y de  continuar con  el  apoyo de  nuestros medicamentos que permitan  el  sostenimiento vital en cada uno de los pacientes y el de poder compartir el amor de  madres con nuestros seres queridos;  nos encontramos el cómo las compañeras Jacqueline y Seidy, manifestaban  ante el  señor Vice-Ministro de Salud, la angustia humana que vive la  madre trasplantada ante los desafíos de un cambio abrupto  del  medicamento Sandimun  Neoral.  Angustia, que  como madres, no encuentra una explicación convincente, en donde lo humano prevalezca ante los tecnicismos y los legalismos de  la burocracia estatal, de quienes conducen  las políticas estatales de salud  en  Costa Rica. Ellas luchan  porque sus voces de dolor y esperanzas  sean escuchadas

Ser madres, y todo lo que ello  significa en una,  sociedad como la costarricense, donde la gran  responsabilidad del hogar, gira  sobre el ser mujer, lo  cual  se convierte en uno de los tantos  dilemas en la futura crianza de sus hijos, ante el poder omnipresente de un grupo de hombres “machos” que dirigen los destinos de las Caja Costarricense del Seguro Social y que, junto a otros machos, como los que deciden  en la Contraloría General de  la República, en  que pareciera, se excluye la capacidad de conocimiento  en uno de los  aspectos tan  importante, como es el de la salud en  todas sus dimensiones humanas de  la mujer trasplantada y a la vez  responsable en la mayoría de los casos,  del sustento  económico de  su familia.

Para   nosotras,  imploraba  Jacqueline como pidiéndole fuerzas al Creador, este  es un medicamento de soporte vital  y recurriendo  creativamente  a un sentimiento de madre manifestaba: “ para mí es  como cuando a un niño le separaban de sus madres para desplazarla  por otra que no lo es  aunque  tenga las mismas cualidades, no es lo mismo, jamás”. ¿Y en el  caso concreto que no lo es? Porque un medicamento genérico, con falta de evidencias científicas, nunca podrá superar nuestra  adherencia y dependencia  a los efectos positivos que hemos logrados en la vida. Seidy,  establecía las diferencias  del medicamento  innovador con el genérico y acudía a  una buena receta de su madre para elaborar los alimentos, que aunque  se cumpliera al pie  de la letra el recetario, nunca sabia igual los alimentos preparados por su madre que por ella misma. Es decir faltaba el sello personal. ¿Cómo  y porqué   los responsables de definir los destinos de nuestra  salud integral?, Nos quieren distanciar y negar nuestro derecho a  continuar consumiendo, un medicamento que ha demostrado hasta la saciedad su efectividad  terapéutica. ?. El seguir disfrutando de  una buena calidad de vida, con nuestros hijos y nuestros seres queridos, es uno de nuestros grandes anhelos. Esperamos que la justicia divina  no se equivoque  y haga prevalecer la verdad ante la injusticia de los  hombres machos.

El  bio-poder según Foucault, parece manifestarse en su más cruenta realidad ante  el clamor casi desperado de  lo que parece ser,  un mundo insensible de los que ostentan el poder en nombre  de un  Estado de  derecho que en pro de las transacciones comerciales, los sentimientos de madre y con ello los lazos familiares no es  considerado como trascendente.  Los argumentos expresados para que  no se  nos cambie un medicamento tan vital para el sostenimientos de nuestras vidas, como el  Sandimun  Neoral, se van al vacío ante los contra argumentos  fármaco terapéuticos y legalistas como uno  de los tantos factores, que conforman y mantienen la red del poder institucional que define las reglas de lo que es  verdad y de lo que es falso, ante la ciencia  médica en el siglo XXI.

 El escritor  uruguayo, Eduardo Galeano, caracteriza ese abordaje de perfil machista en  la conformación del poder  en nuestra América, a través de  su historia,  pensado ,concebido  y estructurado  desde la perspectiva del  dominio de los españoles, como de machos, con  machos y para machos, con una  evidente exclusión del alma femenina. Así  tenemos que los mitos y las leyendas americanas están ausentes  de la mujer heroína, mientras los héroes que más se destacan son los hombres machos. Hoy en pleno siglo XXI, los gobernantes y los responsables  de las más importantes instituciones y su  tejido del poder, están en  manos los hombres.

Lo anterior se confirma  con  la lectura  acerca  del poder que hace Sandra Flansfurg, musicóloga Estaudinense, respecto al  poder y el  conocer para la mujer en nuestras sociedades. En la práctica, señala “: la ciencia tradicional es todavía definida, en buena medida, por un pequeño  grupo de hombres blancos, privilegiados de los países industrializados, por lo que la perspectiva masculina se mantiene casi intacta”. En general agrega esta musicóloga  estaudinense, con un gran tino: “la profesión médica está todavía muy dominada por médicos masculinos blancos de clase socioeconómica alta, quienes son entrenados de un modo que acentúa las diferencias de poder”. PAXIS 53.1999.  La incomprensión a  una serie de valores humanos, expresados en diferentes instancias y escenarios en el tinglado con  que se conforma el edificio de la Caja Costarricense del Seguro Social, se explica a partir de una praxis del poder que,  no obstante, los espacios conquistados por las mujeres en este  país, todavía falta mucho camino para alcanzar las metas de  igualdad y de justicia social en el contexto de los derechos humanos universales.


15-07-2002.
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Espero que  sea de su agrado este ensayo como parte del vivir  todos los días en esta lucha que parece sin fin.

Wiliam Vargas Loría.

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