lunes, 17 de enero de 2011

¿QUÉ QUIEREN NUESTROS NIÑOS TRASPLANTADOS? de William Vargas

Retomando el   tema  sobre  ¿Qué quieren nuestros niños ¿ del Lic. Leonardo Garnier, Ministro  de Educación  del periódico  la Nación del 20 de Diciembre del  2010, y motivado por el evento   vivido  con los niños,  niñas,  adolescentes y personas adultas, compartiendo un  destino común, el de haber vivido la experiencia de lo que significa superar  la vivencias de un quirófano, trataré de rescatar lo que piensan esos niños escolares del que nos  hace mención  el señor  Ministro de Educación, pero a la vez, expresar que pienso  entre niños  y como niños  de ese  otro mundo que es  el de  la salud, la lucha y la sobrevivencia.  Es decir pensar como niño para sentirse niño.

Recorriendo  un poco la  historia y mis laberintos, hace  30   llevé a cabo un trabajo  en el  contexto del  Psicoterapia del   El Alma del  niño  proletario, de Otto Ruhle,  un  pequeño estudio  comparativo sobre ¿Qué querían los niños de una misma edad y un mismo nivel educativo,  procedentes de  dos instituciones   y ambientes sociales totalmente diferentes. Eran  niños de tercer grado del  Colegio San Francis y   niños internados  en  el Reformatorio Carlos Durán, en Tierra Balance de Cartago.  Una de la tesis fundamental  era que la  naturaleza ha dispuesto las cosas de manera que el  ser   humano  llegue al mundo bajo la forma de niño pequeño.  Recuerdo que los niños del  San Francis,  tenían  muy claro  lo que  querían en su vida, básicamente  en relación a su profesión. Todos  respondieron  su  aspiración profesional, médicos,  ingenieros, arquitectos, abogados, comerciantes, marcaban  el sueño de su futuro profesional y  un proyecto de vida  a largo  plazo.  En contraste  lo sueños  futuristas de los niños del Reformatorio , en su gran mayoría  no  expresaron tener ningún   futuro, y lo que si  aportaron algunas   aspiraciones ,  en su imaginario prevalecía llegar a ser como  Juan luís Araya Ballestero,  el Rey de las  fugas de la Penitenciaría Central, Pertenecer a los Hijos del Diablo,  El  Fugitivo, Alcapone y  otros  más positivos, llegar a ser  algún día jugador del  Deportivo Saprissa,  

También los niños   quieren y sueñan con la paz, recuerdo para Alfredo García de los Santos, niño que apenas cursaba el cuarto grado  en  escuelita del Estado de Chaguala, México,  y consideró:  como  el día más triste de mi vida  fue el de la guerra de  Irak que movió al mundo entero. Todos estábamos asustados  porque creíamos que era la guerra mundial. Muchos se quedaron sin  hogar y murieron de hambre.  Esto sucedió en l991.  El día más feliz fue el día que  pidieron la paz y  descontaminaron el mar.

El niño  hijo de inmigrantes,   que cursa  el  quinto  grado   en  una Escuela en el  Estado de Oregón, hace apenas  un mes le pregunté  ¿Qué quiere llegar a ser?  Y  respondió  con mucha seguridad, un científico   en las ciencias médicas para ayudar a los niños pobres de la  Sierra de Puebla en México.

El niño de Gales.  Recuerdo   de  mis prácticas educativas, de hace  20 años, la mirada  tierna y sugestiva  de un  niño parapléjico  en  un  Instituto  Especializado para estos   tratamientos en la ciudad de Gales, del mundo de este niño, su mundo  entre el robot  y su instructor, un gran educador  nacido para compartir  amor, solidaridad, cariño, en síntesis   construir  vida, alegría y sueños. Aprendí que en este mundo también  hay seres especiales, para tratar  a otros seres con capacidades diferentes.

¿Pero como  sueñan  los niños de la Escuela  Thomas  Jefferson? Haría un carrito para jugar. Me  haría una casa más grande  de 13 pisos  para que quepan mi  papá y mi familia. Recogería la  basura y  echaría al  basurero.  Ordenaría todo. Que todos los niños tengan juguetes.  Haría que todos los niños fueran buenos.  Haría que nos cambiáramos  de casa a una propia. Conseguiría una bola de la liga. Compraría juguetes. Haría un cumpleaños para celebrar. Convertía cosas y haría trucos.  Compraría adornos de vidrio como una tortuga ( como la mi tío).  Haría que crecieran flores   en el kínder.  Que vinieran una oveja para acariciarlas y verlas. Convertiría mi casa en un castillo y sería una princesa. Apareciera un conejito para acariciarlo.  Apareciera  un carrito a control remoto.  Iría a la laya para bañarme. Haría que existieran los dinosuarios  para  montarme. Me convertiría en una princesa, mi hermanita también  y  mi   mamá  una reina  y mi  papá  en un rey, mi   abuela  una reina también y parecerían  muchos queques.  Haría que todo lo mal  desaparezca. Haría un helado para comer y  poder volar como un  pájaro.  Que mi familia tenga salud, sobre todo mi hermanito que cuando se  enferma se le  va a   los bronquios. Que no se enferme. Y que mi mamá consiga un  trabajo.  Cambiaría el  país.  Haría casas, papás, hijos… Haría que  todo el mundo  fuera feliz. Haría un tobogán. Haría un cuadro para convertirlo en un regalo. Y que mi  papá me lleve a pasear. Aparecería una  plasticina  verde para jugar. Me compraría un carro para “andar” a mi mamá  y que mi  mamá  y mi papá se casen.

Lo que quieren ser estos niños: Estudiar números y letras. Ser doctora de animales.  Manejar  “Monster Jam” y  conducir  motocicletas.  Trabajar de policía. Ser maestra. Trabajar manejando camiones. Ser profesor de cómputo. Ser masajista profesional. Ser  Veterinaria. Ser maestro de escuela. Ser “arreglador “de carros. (mecánico). Ser  paleontólogo. Trabajar en una  pizzería, ser dueña y vender pizzas. Ser doctor. Ser  pescador. Ser una maestra de  kínder. Ser cocinero de  “cangreburger”, como Bob Esponja.  Ser  portero de  futbol. Ser  mecánico.  Manejar un tren. Cantar.

Y que quieren los niños trasplantados  y los que  fuimos niños. Que  el  perfume de eso que se  llama solidaridad,  nos permita contar con muchos órganos para nuestros  trasplantes. Que en   Costa Rica,  tengamos muchas cirujanas como la Dra. Amalia  Matamoros para que  todos los niños con problemas de las  enfermedades  de hígado  puedan   compartir con sus   padres, amigos y otros niños, una vida  mejor.  Queremos vivir con el apoyo  solidario de médicos y personas que se dedican  por nuestras vidas. Tener  la   oportunidad de   la atención médica con amor y calidez en todos los  hospitales del país.  Que  prevalezca la  bondad y al amor  en  de empresarios para disfrutar de esta  linda navidad.  Contar con muchos  Centros de Trasplantes en   Costa Rica  para la salud de todos nosotros, los que  tenemos que vivir con un trasplante de  órgano y para todos los niños  de la humanidad. Que vivan todos los niños. Abrazar a  mi mama y darle paz y amor para toda la vida. Que nuestros médicos, como decía una niña de  13 años   trasplantada de  hígado,   más que médicos, ellos son  nuestros amigos, nuestro ejemplos a emular. Que  podamos nosotros los niños seguir disfrutando del abrazo fraterno  de  estos grandes profesionales de la medicina de este  país, recibiendo  su  ternura y su calor  humano. Nosotros somos el futuro  del  país y pedimos respeto, amor y solidaridad para un mundo mejor para todos. Gracias a todos los organizadores que nos hicieron  recordar que nunca podemos dejar de ser niños y que  toda persona  adulta, lleva un niño por dentro.

Reflexiones  finales. No permitamos que se apague la sonrisa de un niño  con  problemas de  salud.  De ese  niño  de seis años que  se  desplazó  con su   mamá desde la comunidad de Quepos   para  disfrutar de  un regalito y  del abrazo fraterno de un profesional de la medicina en este país, La  política no tiene el derecho ni la autoridad  para  poner en  juego la vida de  las personas. De lo que  queremos ser   a lo que llegamos a ser,  hay todo un camino que recorrer y depende de  muchos factores que van desde los fundamentos biológicos de la conducta, las bases sociales de la conducta, los sentimientos y las emociones  experimentadas, los procesos cognoscitivos, afectivos, la capacidad creadora, la personalidad, las actitudes, que nos permiten  el  debatimos entre sueños y realidades.  Gracias  a la Dra. Matamoros  y a su excelente equipo  humano, a los  empresarios y empresarias que  respondieron al mensaje de amor para  los seres  humanos con trasplante de  órganos, a las presidentes de las  Fundaciones  de trasplante de órganos de   niños y personas adultas, que Dios las  tenga con  buena salud y  de nuevo el próximo año, vivir otra   oportunidad  de compartir el amor, el  cariño  y el perfume de la solidaridad.

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